Estudio publicado en The Pariament

Muchos son escépticos acerca de sus efectos sobre la salud, y si yo no fuera científico, podría serlo también. La mayoría de las evaluaciones se han llevado a cabo en condiciones experimentales extremas, lo que ha provocado resultados engañosos.

Tomemos un desayuno, como ejemplo. Si calienta una rebanada de pan en una tostadora a una temperatura estándar y por un tiempo limitado, la tostada estará perfectamente dorada. Sin embargo, si calienta el pan en una tostadora por mucho más tiempo y a una temperatura demasiado alta, la tostada se quemará y estará llena de elementos cancerígenos.

En otras palabras, la ciencia muestra que estos dispositivos electrónicos les dan a los fumadores lo que buscan, la nicotina, sin el daño asociado con la combustión del tabaco, suministrando nicotina de manera segura bajo condiciones normales de uso.

El mes pasado, Public Health England (PHE) publicó su última revisión de evidencia sobre eCigarettes, apoyando el uso y la promoción de estos nuevos productos. Si bien el creciente consenso sobre los beneficios de los cigarrillos electrónicos está aumentando, algunos conceptos erróneos sobre ellos parecen perdurar.

Se los considera incorrectamente tan dañinos como los cigarrillos convencionales, independientemente de que la ciencia demuestre que son un 95% menos dañinos. Acción sobre el tabaquismo y la salud (ASH, por sus siglas en inglés) respalda la recomendación de PHE de que los fumadores que han tenido problemas para dejar de fumar prueben el vapeo como alternativa al cigarrillo.

Una herramienta que ayuda a combatir la adicción a la nicotina y también ayuda a reducir el uso de cigarrillos tradicionales a base de tabaco es una oportunidad que no se puede perder. Es una oportunidad para que la sociedad aborde uno de los problemas de salud pública más graves de Europa al aprovechar la innovación tecnológica que permite un consumo de nicotina mucho menos dañino. La UE debe reconocer el potencial de los eCigarettes para reducir los efectos del tabaquismo en la salud.

El silencio de la UE sobre esta oportunidad para la salud pública es inaceptable. El Parlamento Europeo debería trabajar junto con la comunidad científica para proteger a los ciudadanos europeos, tanto fumadores como no fumadores, mediante la implementación de una estrategia de reducción de daños.