Varios expertos han firmado un manifiesto para pedir que, en la lucha contra el tabaco se deje atrás el ‘quit or die’ y se centre por primera vez en el ‘quit or try’
Hace casi un año que España terminó de transponer la Directiva Europea que regula los productos del vapeo. Si bien la legislación acertó a la hora de diferenciar entre los cigarrillos de toda la vida y los llamados ‘e-cigs’ -y en el establecimiento de estrictos controles de calidad y seguridad del producto- no han sido pocas las voces que han intentado extender el alarmismo en torno a los nuevos productos sin datos que lo avalen.
Por ello, la Organización de Médicos en Apoyo del Vapeo (MOVE) y la Asociación Española de Usuarios de Vaporizadores Personales (ANESVAP) organizó el pasado mes de septiembre el primer Congreso Científico sobre Reducción de Daños por Tabaquismo, que aglutinó a los mayores expertos científicos nacionales e internacionales sobre esta materia. El objetivo: debatir sobre las más recientes evidencias científicas en torno a los beneficios que el uso de productos como los ‘e-cigs’, en sustitución de los cigarrillos convencionales puede aportar en la lucha conta el tabaquismo, especialmente en aquellos fumadores que no pueden o no quieren dejar de serlo.
En el congreso se presentaron los últimos hallazgos científicos sobre esta materia con una conclusión principal: los productos alternativos sin combustión no solo son una alternativa menos perjudicial al tabaco convencional (un 95% según el Ministerio de Sanidad del Reino Unido y múltiples expertos), sino que tienen el potencial de asestarle un golpe definitivo si conseguimos que aquellos fumadores que no han conseguido abandonar su consumo se pasen a estas nuevas alternativas. Como muestra, un botón: las tasas de tabaquismo en países como Reino Unido o Estados Unidos, desde que el vapeo se ha consolidado, han disminuido drásticamente.
Si bien los nuevos productos no son inocuos, la reducción de daños es de tal calibre que estamos frente a un verdadero nuevo paradigma
Ante esta realidad y reflejando las conclusiones del congreso, un pionero grupo de médicos, sanitarios, expertos en salud pública y académicos hemos impulsado un manifiesto por la reducción de daños por tabaquismo en España que pide abierta y claramente una necesaria innovación en las políticas de control de tabaquismo en nuestro país, que integre la reducción de daños como una herramienta adicional en las mismas. Pedimos un debate centrado en la evidencia científica, que deje atrás el tradicional enfoque del ‘quit or die’ (déjalo o muere) y se centre por primera vez en el enfoque ‘quit or try’ (déjalo o inténtalo) para aquellos a los que las políticas tradicionales no han conseguido sacar del tabaquismo y sobre los cuales la reducción de daños es la mejor y más eficiente herramienta de la que disponemos para salvar sus vidas.
Si bien los nuevos productos no son inocuos, la reducción de daños en aquellos fumadores que se pasan a un producto del vapeo es de tal calibre que estamos frente a un verdadero nuevo paradigma si conseguimos impulsar este cambio de mentalidad entre la población fumadora adulta. Esta es la gran innovación sanitaria del siglo XXI en la lucha antitabáquica e integrarla eficientemente en el conjunto de nuestras políticas tradicionales es, sin duda, el gran reto al que deberemos enfrentarnos.
Países como Reino Unido, Noruega, Islandia, Canadá, Nueva Zelanda o Estados Unidos avanzan rápidamente hacia este nuevo modelo dados los contrastados beneficios para la salud pública de estas alternativas. Desafortunadamente, una vez más, en España nos estamos quedando atrás.